top of page

LIDERAZGO QUE PRODUCE LÍDERES



«Sin sentido de nobleza y de justicia ningún líder puede influir en sus seguidores ni ser respetado por ellos».

Napoleón Hill


En estos días se habla mucho sobre liderazgo. Al parecer a muchos les entusiasma estar sobre escenarios que les permitan ejercer cierta autoridad. Los beneficios que tiene ser un líder es lo que usualmente roba nuestra atención. La verdad es que a todos nos gusta ser escuchados, y de una forma u otra buscamos la aprobación de las personas.

El líder es, pues, una persona que influye de manera positiva o negativa sobre las acciones o manera de pensar de otros. Es alguien que gobierna sobre un grupo, y encabeza un movimiento o institución. Pero este concepto es somero ante todas las implicaciones y dominio que tiene ejercer un liderazgo.


A pesar de lo atractivo que puede resultar ser un líder, los deberes de este personaje son mayores que sus beneficios. Los líderes responsables y comprometidos sabrán a qué me refiero. El verdadero líder no se conforma con gobernar siempre, su objetivo fundamental es producir aprendices que se conviertan en líderes.


Unas de las características de los buenos líderes son el profundo amor y respeto que ofrece a los futuros líderes que le siguen, el sentido de justicia y de compromiso con su labor, y por supuesto, el autodominio que posee. No basta que ostente la elocuencia como su mejor arma; la verdad es que las arengas que generan entusiasmos en el público pronto pasan al olvido. Lo realmente importante para un líder debe ser crear fundamentos que mejoren la calidad de vida de quienes les rodean.


Un verdadero líder transforma, y su ejemplo es su mayor potestad; la transparencia es su arma más eficaz. El liderazgo auténtico es un doloroso acto de autodisciplina, es un recorrido de aprendizajes y de sufrimientos que lleva a la muerte irremisible del ego. Quien piense lo contrario probablemente es porque algo en él está fallando.




397 visualizaciones7 comentarios
bottom of page